Este cuenco pertenece a la cultura Quimbaya y data del periodo tardío, con una cronología que abarca desde el año 1000 hasta el 1550 d.C. Presenta una forma semiesférica, típica de muchas piezas cerámicas de la época, y fue elaborado utilizando la técnica de modelado, un proceso artesanal que implicaba dar forma a la cerámica con las manos y herramientas.
El color predominante de este cuenco es el pardo, lo que le confiere un aspecto terroso y natural. Su decoración es muy interesante, ya que incluye una fina incisión lineal, que podría haber sido meticulosamente tallada en la superficie del cuenco. Además, presenta aplicaciones con representaciones antropomorfas, lo que sugiere que esta pieza tenía un significado cultural o ritual.
En el labio del cuenco, se observa un acabado acanalado, lo que podría haber tenido fines estéticos o funcionales. El cuenco muestra evidencia de aquillado en la sección media, lo que podría haber sido intencionalmente realizado para darle un aspecto especial o para cumplir con un propósito específico.
Además, se menciona que la pieza presenta exposición al fuego, lo que indica que fue sometida a altas temperaturas durante su proceso de cocción, lo que le otorga durabilidad. La base del cuenco es plana, lo que facilitaría su estabilidad cuando se coloca sobre una superficie plana.
El estado de conservación de esta pieza se describe como bueno, lo que sugiere que ha resistido bien el paso del tiempo y se encuentra en condiciones adecuadas. Las medidas de este cuenco son las siguientes: una altura de 9,5 cm, un diámetro de 11,5 cm, un ancho de 17,3 cm, un peso de 565 gramos y una profundidad de 8,2 cm.